Raineri y los megaproyectos eléctricos


El ministro favorece la generación en grandes unidades intensivas en capital y tecnología, y preconiza la concentración monopólica del sector.


por Hernán Sandoval - 27/10/2010 - 04:00


LAS DECLARACIONES de apoyo a varios proyectos energéticos que dio el ministro de Energía, Ricardo Raineri, a este diario son improcedentes, porque no es propio de un alto funcionario expresar opiniones tendenciosas acerca de temas que entran en su competencia, frente a los cuales tiene una obligación de neutralidad. Son inoportunas, porque HidroAysén debe dar respuesta a las observaciones al estudio de impacto ambiental (EIA) el próximo 29 de octubre; así, expresar el beneplácito del gobierno al proyecto es una abierta presión a los funcionarios públicos encargados de examinar el EIA.


Además, son impropias, porque el ingeniero Raineri, actuando como consultor, es el autor del informe "El Proyecto Hidroeléctrico Aysén y sus efectos en la competencia del sector generación-transmisión", presentado por los interesados, Endesa y Colbún, al Tribunal de la Libre Competencia. No corresponde favorecer a antiguos empleadores desde posiciones de poder, aunque hayan transcurrido algunos años entre ambas acciones. Finalmente, pese a que Raineri señala que son proyectos necesarios para el desarrollo del país, no considera que hay sectores de opinión que con sólidos argumentos no comparten la construcción de las represas en la Patagonia ni de la Central Castilla en Copiapó y que plantean otras opciones para Chile.


El ministro sólo se refiere al incremento de la generación, sin mencionar la primera fuente de disponibilidad de energía, que es la eficiencia energética, ni la segunda, que es el ahorro. Podemos liberar miles de megawatts de energía mal utilizada con ambas medidas, sin aumentar la generación, con todos los impactos negativos en el ambiente y en la salud que conlleva. Así, la visión del ministro es obsoleta, pues con sus dichos favorece los megaproyectos y la generación concentrada en grandes unidades que son intensivas en capital y tecnología, y preconiza la concentración monopólica del sector eléctrico, que nos depara las tarifas eléctricas más altas de la región y la incertidumbre de presuntas restricciones en el horizonte cercano.


La vanguardia hoy está en la eficiencia energética, el ahorro y la generación distribuida, es decir, cientos de emprendimientos de generación. En Chile, principalmente, la energía hidroeléctrica, para aprovechar nuestro atormentado relieve con centrales de pasada, con poco impacto ambiental y gran factibilidad técnica y económica, junto con la eólica, solar fotovoltaica y térmica, geotérmica, mareomotriz, térmica con biomasa, conectadas entre sí en una malla que previene los cortes. Además de otras posibilidades que la tecnología nos está entregando cada día y que permiten, con unidades en pequeña escala, generar gran cantidad de electricidad. Noruega tiene 850 centrales hidroeléctricas, la mayoría de pasada, que generan 27.000 kw/hr per cápita anual, más de 10 veces el consumo de Chile, con sólo 2.500 kw/hr.


Estas opciones tienen la ventaja, en un país controlado por los monopolios y los tecnócratas, de permitir que muchas personas participen en un proceso que no sólo produce energía, sino también la posibilidad de incorporarse a la vida ciudadana con tecnología y participación activa en la producción, no sólo consumiendo

Comentarios

Entradas populares de este blog

nuevamente reflex

Tiñen de rojo una pileta de La Moneda en paralelo a ceremonia de la CC