Camiroaga

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encontre este texto que me dejo mirando alsureste


“Camiroaga se la jugó y no le salió gratis”, dice Último Concertacionista


Por El Último Concertacionista.

La vida puede leerse como un conjunto de señales, indicios o rastros que niegan el azar y nos revelan un sentido confuso pero profundo en los acontecimientos que construyen nuestra biografía personal y colectiva. Creo que el hombre no tiene alternativa y frente a la desgracia elabora un relato que disipa en parte su angustia, porque la existencia sin un orden, una justicia natural o un plan superior nos resulta insoportable, llena de dolores inútiles.

Así es que superada esta necesaria etapa de reflexión existencialista, estimulada por la melancolía propia del vino blanco en caja, me he dado a la tarea de encontrar sincronías que nos ayuden a entender tanta muerte y este duelo múltiple, por los 21 de Juan Fernández y don Gabriel Valdés, ese titán de la política chilena que de no mediar tanta pequeñez hubiera liderado nuestra transición desde la dictadura a una monarquía constitucional parlamentarista, más glamorosa que esta democracia pichiruche y agotada.

Murió Felipe Camiroaga, quien sí debería ser llamado “El Último Concertacionista”. Apoyó a Frei y se la jugó por su alicaída campaña cuando la marca Concertación ya presentada más problemas que ventajas, demolida por una sostenida campaña de prensa que llegó a convertirla en sinónimo de corrupción.

Cuando los ex concertacionistas eran seducidos por el progresismo fatuo de MEO o se entregaban a una orgía sangrienta de recriminaciones por errores reales o supuestos cometidos desde el poder, Camiroaga dio su apoyo público a Frei.

Cuando Gabriel Valdés, uno de los artífices de la coalición más exitosa de la historia de Chile, decía que Piñera sería “un gran Presidente”, Camiroaga respaldó a Frei.

Y no le salió gratis al animador… Recibió el reproche severo e inexplicable del entonces director ejecutivo de TVN, militante del PPD y actual gerente general de Hidroaysén, Daniel Fernández. También se enojó Mauricio Correa, director del “Buenos Días a Todos”, legionario del padre Marcial Maciel y uno de los pinochetistas más connotados de la televisión chilena, al extremo de que se le atribuyen coqueteos juveniles y nocturnos con Avanzada Nacional, el partido que comandaba el bohemio ex jefe operativo de la CNI, Alvaro Corbalán.

Ganó Piñera y los dirigentes de la Democracia Cristiana tuvieron que extremar sus recursos persuasivos para que don Gabriel no aceptara la embajada en Italia. La posibilidad de quedar en la historia como un tránsfuga senil terminó convenciendo al “Conde” de no seguir el camino que sí sedujo, para su desgracia política, a Jaime Ravinet.

AGITANDO LAS AGUAS…

Camiroaga, pese a la desesperación de antiguos y nuevos jefes de TVN, siguió agitando las aguas en pantalla: Pidió salvar Punta de Choros de la termoeléctrica Barracones , apoyó las marchas contra Hidroaysén y terminó respaldando al movimiento estudiantil.

Valdés y Camiroaga estaban cerca de la muerte. Pero uno de ellos daba más señales de vida… El funeral de Valdés fue sobrio y elitista, sin un asomo de pueblo… El homenaje popular a Camiroaga no tengo que describirlo, basta con mirar por tele la mega-animita levantada espontáneamente fuera de su canal.

Me dirán que la historia pondrá las cosas en su lugar… Seguramente. Y cuando suceda, ya no estaré para leerlo.

No puedo dejar de mirar a la derecha y admirar el recuerdo que dejó Felipe Cubillos, más allá de todo su altruismo. La austera serenidad de su familia y el alegre amor de sus hijos.

No he visto a ninguno de los Cubillos llorando en cámara o interpretando la voluntad post-mortem de su Felipe. El obispo Ezzati tuvo que hacer esfuerzos para encontrar a la ex diputada Marcela Cubillos en uno de los asientos posteriores de la Catedral para saludarla al término de la misa del lunes. En cambio, el prelado se vio en serias dificultades para evitar el protagonismo lacrimógeno del omnipresente Mauricio Correa.

Correa que, además de llorona, ha oficiado de médium para decir que a Felipe Camiroaga le hubiera gustado esto o lo otro. Y que su muerte debiera ser un anestésico para la protesta social y un estimulante para la unidad de los chilenos. En torno al gobierno de Piñera, obvio.

Incluso Correa ha roto la privacidad póstuma de Camiroaga para declarar que la intención del fallecido era casarse y tener hijos con la periodista Fernanda Hansen.

Puedo entender la histeria de Correa, pero mi experiencia de analista de conflictos me dice que aquí hay segundas, terceras y cuartas intenciones. Tantas que considero un deber reproducir una declaración que –según testigos directos de sus palabras- alguna vez habría formulado Camiroaga en sus dominios de Chicureo, acariciando a una de sus yeguas ahora viudas: “Amigos son los que se visitan en sus casas, los que comparten cierta visión del mundo. Yo no soy amigo de ese huevón”.

Correa representa una derecha ambiciosa, hambrienta y sin muchos escrúpulos para instrumentalizar hasta el dolor colectivo. Los Cubillos, a otra derecha, contenida, respetuosa y aristocrática. Recordemos que el patriarca de los Cubillos, don Hernán, tuvo una agria disputa con Manuel Contreras que casi le cuesta la vida.

¿Cuál de esas dos derechas nos gobierna?




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